Ahorro

Contenido para principiante

¿Te gustaría tener una Educación Financiera de primer nivel?

Te proporcionamos las herramientas necesarias para llevar una gestión adecuada de tus finanzas personales.

Noviembre 29, 2023

5 min. de lectura

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Los conocimientos financieros permiten entender el funcionamiento del dinero, tanto a nivel país como a nivel individual o familiar.

Mediante una buena gestión de las finanzas podemos obtener, administrar e invertir nuestro dinero de forma eficiente. Lo que nos brinda la posibilidad de lograr estabilidad económica. Es decir, de prevenir y evitar situaciones de tensión económica, como el endeudamiento descontrolado. Por ello, es importante conocer los conceptos básicos y saber utilizarlos en la práctica. La economía y las finanzas personales no son ciencias complejas, aunque desde fuera muchos perciban lo contrario. Son bastante intuitivas. Sin embargo, cuando queremos adentrarnos en el estudio de una materia desconocida, es fundamental querer «aprender a aprender».

Importancia de la educación financiera: ¿Para qué sirve?

La razón más poderosa es que la educación financiera permite cambiar el rumbo de la vida de cualquier persona.

Pilares de la educación financiera

Los conceptos que cimientan la educación financiera básica se reducen a dos: gastos e ingresos. Dicho así no parece nada trascendental, pero sí lo es. Traducido queda: gasta menos de lo que ingresas o, lo que es igual, vive por debajo de tus posibilidades. Entender esto es la base de una vida tranquila y sin sobresaltos en la esfera económica y, por ende, en las demás. Lo contrario es ciertamente peligroso cuando no vislumbramos una posibilidad real de aumentar nuestros ingresos por ninguna vía o no tenemos intención de disminuir nuestro nivel de gasto o de ejercer autocontrol. Todos tenemos el típico amigo que se queda a cero antes de llegar a final de mes. Vive al día, gasta el sueldo íntegro y no tiene ahorros. Ahora bien, todos los meses compra ropa por doquier, sale a comer y a cenar sin límite de presupuesto, compra el último modelo de móvil según sale a mercado y se endeuda por encima de su capacidad para conducir coches de alta gama y viajar a hoteles de lujo. Lleva un tren de vida alto y, si tuviera algún imprevisto económico, sería posible que no pudiera hacerle frente sin recurrir a la deuda.

En cambio, un nivel de vida austero fruto de vivir por debajo de nuestras posibilidades, nos librará de sobresaltos económicos futuros y nos acercará a la libertad financiera por dos vías:

  1. El ahorro: Para hacer frente a gastos imprevistos (como multas, reparaciones, etc.) evitando la deuda.
  2. La inversión: Invertir en activos productivos o generadores de renta que aumenten de valor con el tiempo, nos protejan de la inflación y generen rentabilidad mediante rentas periódicas o mediante su venta en el futuro.

Siempre ha sido mucho más fácil vivir por debajo de nuestras posibilidades desde el principio, que vivir muy por encima, verse envuelto en problemas y vernos obligados a bajar drásticamente nuestro nivel de vida. Por ejemplo, por la quiebra del negocio, pérdida del empleo, gastos imprevistos, deudas heredadas, etc. Lamentablemente, gastar menos de lo que se ingresa es una práctica no tan extendida. Así pues, de estos dos conceptos, gastos e ingresos, emanan otros tantos importantes. El ahorro, la inversión, la deuda, la inflación y los impuestos.

El ahorro como pilar de la educación financiera: sin ahorro, no hay inversión, sin inversión no hay activos, sin activos no hay riqueza. El ahorro es la piedra angular de la riqueza, tanto personal como macroeconómica (explicado más abajo). Warren Buffett, uno de los mejores inversores de todos los tiempos, con gran criterio abandera el ahorro bajo el siguiente lema: “gastar lo que queda después de ahorrar, y no al revés”.

Respecto a la deuda: No es gratis, conlleva costes siempre y existen dos tipos de deuda: la buena y la mala. La deuda buena financia activos, la deuda mala financia pasivos. La primera sirve para aumentar nuestra libertad financiera, la segunda nos hace esclavos. Un ejemplo de deuda mala es la que financia la compra de un automóvil si es para uso propio, considerado pasivo porque solo implica gastos (gasolina, reparaciones, revisiones, seguros, etc). Sin incidir en lo rápido que se deprecia. También una televisión, un teléfono móvil, las vacaciones y cualquier capricho derivado de la ausencia de autocontrol personal.

Impuestos: Ya lo decía Benjamin Franklin, “solo hay dos cosas seguras en la vida, la muerte y los impuestos”, por lo que jamás deben obviarse.

Inflación: Es la subida de precios generalizada de los bienes de una economía durante un período de tiempo y causa un efecto perverso que debemos conocer, erosiona el poder adquisitivo del ahorrador. Produce la pérdida del valor del dinero en el tiempo. Por ello, lejos de ser una opción, la inversión debe constituir para ellos una obligación como refugio contra la inflación (y para cualquier persona, en general).

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